Hay una energía que no se compra ni se vende. No depende del clima, de la
geografía ni de los recursos económicos. Una energía que nos moviliza, nos entusiasma, nos llena; tanto que sale de
nosotros, se escapa y lo sienten los demás, se contagia.
Esa energía parte de lo que nos gusta, nos apasiona. No importa lo que sea, si lo aprendimos o lo enseñamos, si lo ejercemos o
esta ahí latiendo pidiendo salir.
Esa energía parte de nuestra vocación.
La información a
veces se tiene, a veces se necesita. Es imprescindible para que las personas
crezcan, para que la sociedad crezca,
mejore, progrese.
La información
motiva, se multiplica, despierta intereses, emociona, ayuda a descubrir, a
pensar.
La información
nos conecta, nos ayuda y ayuda, la información puede salvar una vida.
Tener información es un
tesoro, Pro-vocación es un proyecto que quiere utilizar esa energía para
alcanzar ese tesoro.
Una charla, un
debate, el dial de una radio encendida, la página de un diario. Una red social
o la cartelera de una escuela, la salita o el club del barrio. Todo puede
ayudar a generar esa red que genere esa energía. La información.
No podemos
quedarnos quietos con esa energía. Queremos provocar cambios. Tenemos nuestra
vocación para hacerlo.
Vos, yo,
nosotros, todos.
Pro-vocación
Vocación para provocar cambios